miércoles, 3 de agosto de 2011

Incontables cuentos. El Sexto.

Tengo compañera de viaje. Dani saltó de Colombia a México para hacerme la pata. La pata sucia. Dani ama andar descalza. Dani no es Juli, pero tiene ese temperamento artístico. Es emocional. También tiene la edad de Juli, pero no la siento como a una hija. Es un ser especial, y yo trato de protejer a los seres especiales. Son escasos y la esperanza para esta humanidad inhumanizante. Dani está dispuesta a desandar su camino desde la Argentina conmigo. No es poco. Es todo. Y ella quiere llegar a San Francisco...

Partimos al sur desde Puebla. Ella quiere conocer lugares mayas. Así dibujo nuestro viaje al sur. La primer ruina está cerrada. La segunda también. Son pequeñas. Seguimos viaje. La tercera es Kabah, ya más importante. Dani mira desde afuera y dice no. La cuarta es Uxmal. Nos dicen los precios en el parking nomás y Dani dice no. "Dónde hay una gran pirámide que yo pueda subir?"
Chichen Itzá, la más importante de México. Allá vamos y llegamos. Temprano y frescos, listos para pasar el día allí. No sé cómo voy a hacer. Todavía no he caminado más de un km seguido...
Antes de entrar interrogamos a un guía. Ya no se puede subir a la gran pirámide gracias a la depredación de los turistas. Un quiosco vende souvenirs con fecha adelantada: 2012. Los mayas no pudieron predecir su propio derrumbe, y hay boludos por ahí esperando fin del mundo. El mundo muere cada día, desde y para siempre. Mientras Dani le dice no a Chichen Itzá...

Y yo? Qué hago aquí? Por qué me dejo llevar por sus caprichos? Hace un par de semanas estaba dispuesto a claudicar mi viaje, volver a Phoenix o Flagstaff y dejar la Julia ahí, tan lejos de La Malfatta. Una mañana Adri, el hermano de Marc, me contó un sueño extraño. Casi exacto a un cuento que escribí para Juli cuando volvimos de Yucatán maya. A veces los mensajes no vienen en propios sueños. Luego vino Dani y ya, estoy en camino al sur de nuevo. Admiro su coraje para decirle no a Chichen. El guía nos dice que en Ek Balam se puede subir.

Ek Balam. Dani desparece adelante mío. Camino lento. Llego. Recorro indiferente las ruinas. Al final hay un gran edificio con una escalinata imposible para mí. Es un complejo habitacional en altos. Hay casas. Buenas piernas, los mayas, para subir a diario esa escalinata interminable. Y bajar, lo más difícil.  Me acomodo a la sombra a mirar. El cuerpo y la voluntad no me dan para más. Y aparece la puta águila. Y comienza a volar alrededor del edificio. "No voy a subir! Ni lo sueñes!"
Desaparece detrás del edificio. Y vuelve a aparecer. Será que quiere que de la vuelta alrededor del edificio? De pronto las hormigas que se juntaron alrededor de mis pies quietos empiezan a morderme. Debo moverme. Los dados confirman. Allá voy.  El águila desparece. Algo alguien me aguarda detrás de la gran ruina.


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